viernes, 17 de mayo de 2013

EL GABINETE CHINO

El Gabinete Chino
-REFERENCIA  C15B12-



  Nancy Peña con su personal estilo que recuerda al grabado, es una autora que marca a sus lectores. Su opera prima, El gabinete chino, le mostró lo mucho que disfrutaba realizando comics así que compaginó su trabajo como profesora de artes aplicadas con la creación de un universo personal lleno de elegancia y fantasía que emplea tanto para adaptar cuentos clásicos como relatos de aventuras.

Orientalismo de postal; alquimia y ciencia; pasión más allá de toda razón y magia, mucha mucha magia.

En la historia nos encontramos con dos clásicos de la literatura que son versionados libremente: La Bella y la Bestia y la Busqueda del elixir de la vida eterna, todo esto en la Holanda del S.XVII en pleno auge del conocimiento científico, eso sí, controlado por la iglesia, que no deja de ver en ello algo de blasfemia y heregía.


Un estudiante ansia encontrar el elixir de la juventud que convertirá a los humanos en inmortales y encuentra financiación para ello mientras su prometida, Magriete, desconfía de que pueda tratarse de una excusa que puede llevarle a ser encerrado por herejía y trata de impedírselo sin éxito, entre tanto, un misterioso mensaje le aconseja acompañar al joven si no quiere sufrir males mayores.

Se verá envuelta en una situación que escapa a toda lógica, un hombre viejo y feo quiere que sea su amante y retenerla en su casa porque se parece a la que pudo ser su mujer, a la que conoció en un viaje a China, y que se convirtió en el amor de su vida. Por ello, Magriete acaba encerrada en “El Gabinete Chino”, una sala cubierta de sedas rojas que evocan dicho país, y ha de crear su mundo personal y fantástico. Para disfrutar de El gabinete chino no hacen falta profundas disquisiciones que analicen y den sentido a cada hecho o a cada comportamiento; más bien todo lo contrario: exige dejarse confundir por los acontecimientos; disfrutar de ellos en lugar de racionalizarlos; dejarse envolver por su ritmo y su pulso en vez de querer comprender a toda costa.

El dibujo, aunque de estilo suelo, esta cuidado al mínimo detalle y bien documentado, abarca escenas que parecen sacadas de la escuela holandesa, haciendo algún que otro guiño a artistas como Rembrandt.

El estilo de Nancy Peña lleva un rayado para dar volúmenes y sombrear como parte esencial que la caracteriza. Una obra redonda, pequeñita y sin demasiadas pretensiones y por ello, resultona y recordable. 

14 EUROS

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